Tienen menos de mil habitantes, y buscan actividades que frenen el
éxodo de la gente; la ONG Responde calcula que hoy en el país hay unos 800 en
riesgo de convertirse en "fantasmas"
La docena de familias que vive en
Huascha, departamento de Ischilín, al norte de Córdoba, son ignoradas hasta por
la señalización. Casas aisladas, algunas abandonadas y derrumbadas, se esparcen
en una tierra árida, donde los tunales es lo único verde que destaca. La vieja
estación de tren es testigo de un pasado mejor, que se terminó en los 90 cuando
el ferrocarril dejó de pasar.
La búsqueda de mejores
oportunidades es, desde hace décadas, la principal motivación de quienes dejan
sus pueblos para mudarse a ciudades. Así, a lo largo del país, empiezan a
multiplicarse las localidades "fantasmas", esas que están en vías de
extinción. En esta provincia hay varios donde sus habitantes no suman una
centena, por lo que intentan estrategias para ganar presencia en el mapa.
Responde, una ONG enfocada en los
desequilibrios territoriales, calcula que unos 800 pueblos están por
desaparecer en el país, donde aproximadamente el 80 por ciento de los núcleos
habitados tienen menos de 2000 habitantes, mientras que sólo 17 ciudades
concentran el 60 por ciento de los habitantes.
Por ejemplo, en el sudeste de la
provincia, Chilibroste conoció sus mejores años en los 70, cuando era conocido
como la "capital nacional de la pesca sin anzuelo".
Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y
Entre Ríos son las provincias con mayor población rural y, por ende, las más
afectadas por la despoblación. Algunos de estos pueblos perdieron mucha gente
por crisis económicas y de empleo.
Muy cerca de Huascha, a unos 20
kilómetros, está Olivares de San Nicolás, que también tiene más pasado que
presente. La localidad se armó alrededor de la producción de aceitunas que hoy
prácticamente no existe. Una foto de los problemas que atraviesa es que un
comedor para niños es el centro que más gente atrae.
Hace unos cinco años los menos de
800 habitantes temblaron porque sus casas al
igual que la Municipalidad y hasta el destacamento policial estuvieron a punto de ser rematadas. Estaban sobre tierras de
la empresa Olivares y Viñedos San Nicolás radicada en 1934 que fue a quiebra.
La situación logró resolverse.
Su jefe comunal, Antonio Heredia,
explica a LA NACION que prestan tractores y máquinas para que los pequeños
productores puedan trabajar la tierra y no se vayan. "Hacemos mucho
esfuerzo", dice.
Fiestas para sumar
Los Romeros es un paraje a 45
kilómetros de Villa Dolores y cerca del límite entre Córdoba y San Luis. Hoy
son unos 200 habitantes pero, hace más de dos décadas, eran 42. Empezaron a
trabajar para evitar la desaparición del lugar que debe su nombre a las
"romerías", los grupos de peregrinos que iban al Cristo de Renca, en
San Luis.
El sanjuanino Marcelo Puentedura
impulsó a los locales y crearon la "Fiesta del Locro" que, en sus
últimas ediciones, convocó a más de 6000 personas. Lo recaudado es para comprar
útiles escolares, ayudar a las familias y garantizar que la sala de primeros auxilios
tenga lo indispensable.
"Con la mejora que
conseguimos la gente se fue quedando, tuvieron hijos y el número de habitantes
aumentó dice Puentedura a LA NACION. Igual, el cementerio tiene más tumbas que habitantes el lugar. Es
de fines del 1800 y abarca también a Tilquicho y Conlara." En
Tilquicho quedaron unas siete casas y la imponente estructura de lo que fue un
almacén de ramos generales, que ya perdió hasta el techo.
"Sabemos que podemos
desaparecer", admite Antonio Castro, el presidente de la comuna de
Conlara, de 800 habitantes. Pero subraya: "Frenamos el drenaje y hay gente
que vino porque conseguimos agua potable, una ambulancia y un consultorio
odontológico, plazas, construimos 18 viviendas y diez kilómetros de asfalto
hasta Villa Dolores". El mayor problema hoy es la escasez de trabajo.
La monja Theresa Varela, con la
Fundación Misión Esperanza, está acostumbra a andar "en donde no hay nada
de nada". En diálogo con LA NACION, desgrana nombres como Yegua Muerta o
Palo Parado. "Aislados y pobres los define. Viven de su quinta, de algún campito que les quedó". Con el
"Festival del Ladrillo", Palo Parado busca "hacerse
conocido" y "homenajear a los que trabajan en los cortaderos".
Tal vez sea el primer paso para cambiar la suerte.
Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/sociedad/los-pueblos-que-pelean-por-no-desaparecer-nid1880003
Actividades
1-Luego de leer el texto menciona ejemplos de pueblos que están
desapareciendo.
2-Enuncia que motiva las emigraciones.
3-Que rol tienen el Estado y el mercado en los casos
expuestos.
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